Page 3 - Boletin VeraCruz 2018
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Vera cruz - Nº 4   CUARESMA 2018


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                   Queridos hermanos y hermanas:

                   La Hermandad me ha pedido una colaboración para su boletín, y, como he escrito esta carta pastoral para la Cuaresma, me ha
                   parecido ofrecérosla para vuestra reflexión. Pido al Señor, a quien veneráis clavado en la Cruz y en su Santo Entierro, y por la
                   intercesión de la Santísima Virgen de la Soledad, que os sirva en este camino cuaresmal para prepararos a la Pascua y renovar
                   vuestros compromisos bautismales.

                                                Amarás a Dios y amarás al prójimo

                   Dios es amor y amarle a Él y amar al hermano, inseparablemente, es el signo de una vida cristiana auténtica. Cada Cuaresma, la
                   Iglesia nos invita a renovar y revitalizar este amor que está permanentemente expuesto a enfriarse. Así nos lo ha recordado el Papa
                   Francisco, en su mensaje para esta Cuaresma, al ponernos en guardia frente a los falsos profetas que nos invitan a una vida fácil y
                   nos seducen con falsas promesas de una vida egoísta que “enfrían nuestro amor”.

                   En esta sencilla carta, al inicio de este tiempo de conversión, os exhorto a preguntaros en serio cómo está nuestro amor a Dios, a
                   volver a Él  y, alimentados por su Palabra y la celebración de los sacramentos, reavivar vuestro corazón. Así se encenderá de
                   nuevo, como experimentaron los discípulos de Emaús (Cf. Lc 24, 13-25).

                   El amor a Dios y al prójimo ha de actualizarse y vivirse en cada momento de la historia ara traducirlo en acciones concretas  y
                   adecuadas, de manera que no amemos de palabra sino con obras y verdad (Cf. I Jn 3, 18). Amar es tomarse en serio al otro:
                   tomarse en serio las cosas de Dios y tomarse en serio la situación del hermano. Amar significa preguntarse qué espera el otro de
                   mí. Deseo centrarme en esta breve carta en el amor y servicio a los más necesitados que se encuentran entre nosotros.

                   Cada uno personalmente, de hecho, ayudamos y acompañamos a muchas personas. Esto no puede faltar en la vida cristiana. Pero
                   hay otro modo, complementario y necesario, de ayudar de forma comunitaria y organizada. Porque hay situaciones y necesidades
                   que sólo podremos afrontar debidamente uniendo nuestros esfuerzos. Esta forma de acercarnos a los demás expresa la solicitud de
                   la madre Iglesia por sus hijos más débiles. Este servicio de la Iglesia a los últimos, organizado y comunitario, lo llevamos a cabo
                   por medio de Cáritas.

                   ¿Qué es Cáritas? Es la mano generosa de la Iglesia que sirve a los últimos de la sociedad. En su nivel parroquial, diocesano,
                   nacional e internacional, desea acercarse a los más vulnerables; reconociendo la dignidad de toda persona humana y procurando su
                   promoción y desarrollo integral.

                   Nuestra Diócesis de Huelva está atenta a las situaciones que demandan de todos nosotros una mayor atención. Además de las
                   personas sin hogar, hay entre nosotros un gran número de inmigrantes que viven en situaciones indignas de cualquier ser humano.
                   Pero, además, dentro de ellos, hay un grupo que sufre a causa de la enfermedad o el accidente. Se convierten así en los últimos de
                   los últimos.

                   Los  cristianos  no  podemos  ser  indiferentes  ante  estas  situaciones.  El  Papa  Francisco,  en  su  mensaje  cuaresmal  de  este  año,
                   recuerda unas palabras del Papa Pío XII, y nos dice que: “cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios
                   hacia sus hijos. Y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que
                   no se deja ganar por nadie en generosidad?”.

                   El  tiempo  de  cuaresma  es  tiempo  de  oración,  ayuno  y  limosna:  tiempo  de  saber  renunciar  a  nuestros  caprichos,  para  poder
                   compartir con más generosidad.

                   Nuestras Cáritas están necesitadas de recursos para prestar mejor ayuda. Algunas instituciones están retirando su ayuda a Cáritas y
                   esto requiere que nosotros aumentemos nuestros recursos propios para seguir acompañando a los más necesitados.

                   ¿Qué podemos hacer? Tomemos en serio lo que venimos haciendo:
                      La colecta del primer domingo de mes.
                      El Gesto de Cuaresma.
                      La renovación de nuestros equipos de Cáritas, con más voluntarios.
                      La información de lo que la Diócesis está haciendo y la formación para realizar una Caridad más promocional.
                      La reflexión sobre lo que cada uno, o cada familia, puede compartir.

                   Queridos hermanos y hermanas, no olvidemos que el Señor nos preguntará al final de nuestros días: ¿Qué has hecho por mí en el
                   hermano?  Quiera  Dios  que  nuestra  respuesta  sea:  ten  piedad  de  mí,  he  intentado  amarte  con  todo  mi  corazón,  sirviendo  y
                   ayudando a mis hermanos.

                   Con todo afecto os bendigo.


                                                                                        José Vilaplana Blasco
                                                                                           Obispo de Huelva

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